Me asombra que en pleno siglo XXI en nuestro país siga
viviendo gente tan “cerrada de mente” que para hablar y criticar casos de
corrupción como el de Urdangarín, Pepe Blanco o Camps se base únicamente en las
siglas o en lo que estos representan.
Queda claro (puesto que he nombrado 3 casos de “siglas”
diferentes) que la corrupción (o presunta corrupción hasta que no se demuestre
lo contrario, ¿no?) y los casos de
utilización del poder no dependen de que las personas involucradas estén
afiliados, representen o ocupen cargos en un determinado partido político. Cada
poco vemos en los periódicos y en la televisión como salen casos de alcaldes, concejales,
presidentes o ministros (de Juntas, Gobiernos…) que se aprovechan de su cargo y
que están envueltos en casos de malversación de fondos, casos de urbanismo,
etc. Y vemos como no son todos ni del PP, ni del PSOE ni de ningún partido
político. Si no que vemos como estos son miembros y ocupan cargos representando
a los diferentes partidos.
Dentro de todos los partidos hay “ovejas negras”, hay gente
que utilizando la confianza que le ha otorgado la gente se aprovecha para “ganar
más dinero” a cambio de favores con licencias o favores de distinto tipo.
Por eso creo y afirmo que no es acertado el “unir” los casos
de corrupción con los partidos políticos. Haciendo un símil (afortunado o no,
no lo sé) con el futbol. Los radicales de un equipo que jornada tras jornada (o
en momentos “importantes”) protagonizan peleas y actos vandálicos no
representan ni por asomo a esos colores bajo los que se escudan. Porque, en el
fondo, en el caso de la corrupción y en el del futbol, la gente corrupta y los
violentos lo que hacen es ocultarse bajo unas siglas o unos colores para así
poder hacer "lo que quieran".
Los políticos tienden a usar el poder, tienden a usar a las
siglas, a los votantes que representan para su beneficio. Cuando lo que tienen
que hacer es lo contrario: Usar las siglas y el poder en beneficio de la gente
que le otorga su confianza.
Por tanto, lo que hay que hacer en estos
casos es criticar a las personas, criticar sus actos de corrupción, pero sin
mirar las siglas. Olvidemos de nuestra cabeza frases como: “Se nota que es del…
o “Todos los del… son así”. Recordad, en todos los lados hay una oveja negra y
nadie, nadie, está libre de eso.
Aunque está claro que lo mejor para todos fuese que llegase
el día en el que estos casos no fuesen noticia, el día en el que la gente no
utilice sus cargos de poder para su beneficio propio, si no que lo utilice por el bien de los ciudanos. Quizás ese día puede
parecer un sueño, pero… ¿No dicen que los sueños se pueden hacer realidad?